lunes, 12 de mayo de 2008

Corporation 3

3. Cómo resistirse a las corporaciones


Esta última parte del documental es la que aboga más por el activismo, explicando el problema de las privatizaciones (tomando como ejemplo el suministro de agua en Bolivia) y ahondando en algunos otros ejemplos como la relación entre las empresas y la sociedad muchas veces es inhumana. Uno de los ejemplos más terribles, a la vez que tecnológico es el que narra Edwin Black, autor de IBM and the Holocaust. Ya había leído brevemente algo sobre esto en 50 Things You're Not Supposed to Know pero aquí se explica con más profundidad y a la perfección. Black cuenta cómo eran máquinas de IBM, la empresa abenderada de los Estados Unidos, las que se emplearon en la Alemania Nazi para gestionar, catalogar e «informatizar» (en tarjetas perforadas de la época) la información sobre todas las personas enviadas a morir en los campos de concentración. Ante las alegaciones de IBM de que «esa historia no está del todo demostrada», o de cuál era la conexión, o si fue una actuación de la subsidiera alemana, Black enseña en la película los documentos de clasificación, las tarjetas perforadas, las cartas y los contratos - con fechas hasta de 1942. Contratos de leasing y mantenimiento de las máquinas - operariosde IBM debían ir a los propios campos de concentración. Contratos directos entre los campos de concentración y la sede de IBM en Nueva York. Tremendo. (Ya estoy tardando en encargar tan conspiranoico libro.) La lista de empresas condenadas y multadas con cientos de millones de dólares por malas prácticas es también curiosa y extensa, no deja títere con cabeza. El final del documental reclama que sea la gente corriente quien recupere el control del mundo frente a las corporaciones. Igual que en otros tiempos se consiguió cambiar el que existieran negocios como la esclavitud, que fueron abolidos, o se recuperon para la sociedad bienes públicos como el agua en Bolivia. La cinta está repleta de fragmentos de entrevistas a personajes interesantes, entre ellos algunos muy conocidos como Noam Chomksy (profesor del MIT), Michael Moore (Óscar por Bowling for Columbine), Naomi Klein (autora de No Logo) o Anita Roddick (The Body Shop) así como algunos otros tipos simpáticos que no me resultaban tan conocidos, como Mark Barry (el espía corporativo) o gente que gestiona grandes empresas pero con buenos discursos respecto a todo esto, como Ray Anderson (un CEO con conciencia) o Sir Mark MoodyStuart (otro que demuestra cierta conciencia, pese a haber sido CEO de Shell). En un final ilustrativamente bello por lo irónico/paradójico, Michael Moore cierra el documental explicando por qué son corporaciones quienes le permiten a él hacer sus películas-denuncia sobre las corporaciones y el capitalismo: sencillamente porque de ese modo esas corporaciones ganan mucho dinero con ello.

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