jueves, 12 de junio de 2008

Libertad e internet

Esto dice la Constitución española en el artículo 20.

1. Se reconocen y protegen los derechos:

  1. A expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción.

  2. A la producción y creación literaria, artística, científica y técnica.

  3. A la libertad de cátedra.

  4. A comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión. La Ley regulará el derecho a la cláusula de conciencia y al secreto profesional en el ejercicio de estas libertades.

2. El ejercicio de estos derechos no puede restringirse mediante ningún tipo de censura previa.

3. La Ley regulará la organización y el control parlamentario de los medios de comunicación social dependientes del Estado o de cualquier ente público y garantizará el acceso a dichos medios de los grupos sociales y políticos significativos, respetando el pluralismo de la sociedad y de las diversas lenguas de España.

4. Estas libertades tienen su límite en el respeto a los derechos reconocidos en este Título, en los preceptos de las Leyes que lo desarrollan y, especialmente, en el derecho al honor, a la intimidad, a la propia imagen y a la protección de la juventud y de la infancia.

5. Solo podrá acordarse el secuestro de publicaciones, grabaciones y otros medios de información en virtud de resolución judicial.

Esto es lo que sucede en la vida real

La Comisión Europea de Cultura aboga por un 'DNI' para los 'bloggers', la iniciativa será debatida por el Parlamento Europeo en septiembre

Y aquí al ladito sucede esto otro:

Todo empezó hace cuatro años. En tiempo normal, porque para Internet han pasado más de 20”, recuerda Julio Alonso (Madrid, 1968), fundador de Weblogs SL, una empresa de blogs. En el suyo, merodeando.com, donde da información sobre medios y tecnología, se hizo eco de un caso de googlebombing –un método mediante para colocar un sitio web en los primeros lugares de los resultados en Google– que estaba teniendo gran éxito en la red: SGAE=ladrones, que generó comentarios de todo tipo que no gustaron a la sociedad de gestión de derechos.

Con la SGAE hemos topado. Ayer hizo frente a la última vista previa a la sentencia, que se hará pública en unos días, por una demanda de la sociedad, que exige la retirada del post y 9.000 euros. “El año pasado”, relata Alonso, “recibí un burofax para que borrara esa entrada de mi blog”. “Decían que es un texto injurioso, algo imposible porque no había opinión, sólo información”, reclama.

Dispuesto a negociar, ofreció a la SGAE el derecho de rectificar. Mandaron un texto alternativo titulado: 'La SGAE, víctima de una campaña difamatoria en Internet'. “Ofrecí una rectificación, pero no voy a consentir que me escriban ellos el blog”, dice Alonso, quien además accedió a retirar “quirúrgicamente” los comentarios más ofensivos. La sociedad le exigía que retirara hasta los que eran sencillamente críticos.

En los comentarios está el punto fundamental de la demanda: “Quieren hacerme responsable de todo lo que dicen los internautas en los comentarios, aplicando contra mí la Ley de Prensa de Franco”, señala Alonso.

Sus sensaciones tras la vista son negativas: “No pinta bien. Tras la intervención del fiscal, que ha comprado la versión de la SGAE, creo que tienen un 80% de posibilidades de ganar”. “Eso a pesar de que contradice claramente la doctrina que sus superiores vienen defendiendo”, asegura Alonso, “una incoherencia que hemos subrayado en el juicio”. Según él, el responsable del comentario ha de ser únicamente el autor del mismo. En cambio, “ni la SGAE, ni el fiscal, ni el juez” han solicitado ninguna información sobre los comentaristas de aquel post que tan lesivos considera la sociedad de gestión.

Para Alonso, el origen de su conflicto con la SGAE está claro: “El problema de fondo es que su papel como intermediario ha dejado de ser necesario, y va a defenderlo con uñas y dientes”, señala.

“Afortunadamente”, dice el demandado, “yo tengo recursos de los que la mayoría de los bloggers no disponen”. Y por ello piensa continuar recurriendo en caso de no ganar. “Si pierdo esta demanda conseguirán que, a partir de ese momento, otros comiencen a autocensurarse”. Por eso, augura Alonso que “la SGAE tratará de seguir avasallándonos a todos: hay que luchar para evitarlo”.

“Estoy convencido de que es una batalla que había que dar”, ha escrito Alonso en su blog, “y me ha tocado a mí darla en nombre de todos”

via Público

2 comentarios:

Blanca Oraa Moyua dijo...

yo tengo un dilema-problema:
me jode tener que usar un nickname para expresarme con libertad pero también reconozco que usando mi nombre real no me siento libre.

corpseles dijo...

Creo que con casos como este, queda patente en que sociedad vivimos, y como la doble moral es utilizada día tras día en beneficio de la falsedad. Como persona que cree en la democracia y utiliza internet para hacer uso de sus libertades, no creo que Alonso este solo, aunque le haya tocado luchar solo contra un estado que tiene dos caras (o más) en su moneda.

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