lunes, 22 de diciembre de 2008

Ángel suicida



El colombiano Andrés Caicedo (1951-1977) es un autor de culto entre los jóvenes urbanos de América Latina. Narrador, poeta y crítico de cine, se suicidó a los 25 años, dejando dos libros publicados (El atravesado y ¡Qué viva la música!), algunos cuentos, guiones cinematográficos, un film inconcluso (Angelita y Miguel Ángel), obras de teatro, varios manuscritos, cartas, hojas de su diario personal, y, sobre todo abundantes comentarios sobre películas.
Uno de sus admiradores, el escritor chileno Alberto Fuguet, acaba de dar a luz Mi cuerpo es una celda, que presenta como una “autobiografía” de Caicedo. Lo que ha hecho Fuguet es editar diversos textos del colombiano (entre los que sobresalen las extensas y desesperadas cartas que dirigió a sus amigos) componiendo un itinerario biográfico que va desde los 14 hasta los 25 años.
La imagen de Caicedo en sus cuentos y críticas de cine era la de un arrogante e inteligente trasgresor, sin embargo se trataba de un joven tímido, tartamudo, atormentado y extremadamente sensible.
Sobre él se ha escrito mucho y se han realizado algunos documentales, el más conocido de ellos se llama Unos pocos buenos amigos (1986), y lo dirigió su amigo Luis Ospina, quien lo acompañó en la conducción de un cine club y en la redacción de la revista Ojo al cine. Ese documental incluye fragmentos de Angelita y Miguel Ángel, el filme que Caicedo y Carlos Mayolo no pudieron terminar por diferencias creativas. Aquí un fragmento de ese filme:


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