lunes, 9 de febrero de 2009

Jesús Franco y el culto a Venus

Los Goya de este año han servido por lo menos para traer nuevamente a primer plano al indescriptible Jesús Franco. Realizador de abundantes filmes eróticos y de terror de serie Z (varios de ellos firmados con seudónimos), precursor del trash y de las exploitation movies, asistente de director y responsable de un montaje del Don Quijote de Orson Welles, Franco (quien sigue en actividad) es para muchos un verdadero autor y un cineasta de culto.

En una reciente entrevista a El País, el realizador afirma que el cine es una cuestión de amor y comenta con humor el porqué de uno de sus seudónimos, Jess Franco: según él, cuando empezó a usarlo (décadas del sesenta y setenta) llamarse Jesús como Jesucristo y apellidarse Franco como el caudillo era ya demasiado cachondeo. Los muy imperfectos pero gozosos filmes que Jesús Franco dirigió entonces hay que ubicarlos en su época, en cuanto constituían un soberbio reto a la represión de todo tipo; aunque aún ahora el verlos causa un placer perverso.

Aquí un par de fragmentos de las que para varios de sus fans es su obra maestra, Venus in Furs (1970), que pese al título no tiene demasiado que ver con la novela de Sacher-Masoch y sí, en cambio, algo con Bram Stoker, por lo menos en el primer fragmento, donde Klaus Kinski parece anticipar el papel que haría en el Nosferatu de Herzog. En el segundo fragmento, Barbara McNair canta el tema final de la película.




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