Hambre

He visto Hunger (2008) de Steve McQueen. Es una película sobre Bobby Sands, el militante de IRA que murió en 1981 a consecuencia de una huelga de hambre iniciada para lograr que el gobierno británico reconociera como presos políticos a los reclusos de esa agrupación. Como se sabe, murieron más presos después de Sands, todos haciendo huelga de hambre. La historia es muy conocida y ha sido llevada al cine varias veces.

Aunque una de las mejores escenas de la película la constituye un largo y racional diálogo entre los personajes de Sands y un sacerdote que trata dedisuadirlo, la diferencia con los otros films sobre al mismo caso es el énfasis puesto aquí en la condición del cuerpo: con planos de detalle relativamente prolongados se va mostrando las heridas y el deterioro que se produce en el cuerpo por la falta de alimento. La violencia ejercida en su contra no es solo la violencia directa del huelguista, sino la indirecta del opresor. Antes de ver el cuerpo abriéndose y transformándose por el hambre lo hemos visto en el film golpeado por puños, escudos y varas de policías, degradado por la suciedad (heces y fluidos) y la "limpieza" (bañado por torrentes de agua y cepillado con violencia por los custodios). Frente a la limitación de sus movimientos y la agresión de los que representan al Estado, el huelguista tiene como último reducto de su libertad ejercer él mismo la violencia contra su cuerpo en señal de protesta.

Vi el film motivado por un hecho reciente que me recordó al episodio de 1981. Hace unas semanas, el opositor cubano Orlando Zapata Tamayo murió en prisión a consecuencia de una huelga de hambre reclamando al régimen de Raúl Castro una condición de preso de conciencia que ya le había reconocido Amnistía Internacional. Así como Margareth Thatcher no se inmutó con la muerte de Bobby Sands, tampoco lo ha hecho el gobierno de Cuba con la de Zapata Tamayo. La derecha y la izquierda se comportan a veces de manera muy semejante.