Hace unos meses la comunidad amazónica aguaruna tuvo un enfrentamiento con el gobierno peruano, que había dado inconstitucionalmente unas normas disponiendo de sus tierras sin consultarles. Las normas fueron derogadas luego de una penosa jornada que dejó 34 muertos entre policías y nativos. Los aguarunas son una comunidad con tradición guerrera, pero también artística. Son grandes contadores de historias. Aquí una de ellas:
Dos aguarunas estaban una vez por la noche tomando el fresco fuera de la casa. De arriba cayeron como dos gusanitos. Eran dos estrellas.
Al uno le dio repugnancia. La tiró. La estrella se volvió al cielo. El otro la recogió en un pliegue del itipi para abrigarla y la llevó a la casa.
Allí el gusanito se convirtió en una doncella.
El aguaruna se casó con la estrella. Ella orinaba en una ollita y la orina se convertía en shaük (mostacilla). Entonces el aguaruna la recogía.
Dijo una vez la madre del aguaruna:
- ¿Por qué recoges esa porquería?
La estrella la escuchó y se amargó mucho.
¡No quiero que me desprecien! -dijo-. Me voy arriba.
La estrella subió arriba y desde allí (el cielo) tendió una cuerda al hombre para que subiera. Pero la madre del aguaruna cortó la cuerda.
(Relato recopilado por José María Guallart S. J., "Mitos y leyendas de los aguarunas del Alto Marañón". Perú Indígena, Vol. VII, Nº 15-17. Lima, julio-diciembre de 1958, p. 68).
La ilustración es de Gerardo Petsain-Sharup, artista aguaruna.
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